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Joaquín Taboada: "He querido homenajear a los autores que me marcaron"

El experimentado compositor navarro vuelve este viernes a los escenarios, concretamente al de sala Totem, para dar inicio a la gira de su nuevo proyecto '3 en Diálogos'

Joaquín Taboada: "He querido homenajear a los autores que me marcaron"Cedida

El Anaim Club Fest continúa en la sala Totem de Pamplona con el concierto de Joaquín Taboada Trío a las 20.00 horas. Junto con Daniel Sádaba (violín) y Paula Azcona (violonchelo), el músico navarro rinde tributo a las denominadas nuevas músicas que irrumpieron en los años 80 y 90 y que sonaron a través de programas de radio como Diálogos 3, de Radio 3, o Música Privada, de M80, entre otros. Esas melodías fueron determinantes para toda una generación de oyentes y de compositores que vieron en ellas una alternativa, una fusión entre estilos y una nueva visión estética de los planteamientos musicales. Recreados y adaptados a un trío de piano, violín y violonchelo -y, ocasionalmente, acordeón-, sonarán temas de Michael Nyman, Yann Tiersen, Kitaro, Suzanne Ciani y Wim Mertens, entre otros. Música “fácil y agradable de escuchar”, pero, sobre todo, “cargada de belleza”.

Vuelve con un nuevo proyecto después de ‘Rock Classical Trio’ y ‘Joaquín Taboada Dúo’, ¿cómo se gestó ‘3 en Diálogos’?

-Como bien dices, en estos últimos años he estado sobre todo con las versiones de temas de rock mezclados con música clásica, pero la verdad es que hace bastante tiempo que le venía dando vueltas a hacer algo relativo a las nuevas músicas. A aquellas que se difundieron sobre todo a un mítico programa de radio, Diálogos 3. Igual a la gente más joven ni le suena, pero para quienes escuchábamos la radio en los años 80 y 90 y sobre todo para muchos músicos fue determinante.

¿En qué sentido?

-A través de ese programa descubrimos a un montón de músicos y una música que no era clásica, pero tampoco era pop. Lo mezclaba un poco todo. Con autores como Michael Nyman, Wim Mertens, Yann Tiersen un poco más tarde, Philip Glass... También mucha música celta como Nightnoise. A mí me gustaba mucho ese tipo de música y Diálogos 3 fue determinante. Por ejemplo, la primera vez que escuché al pianista norteamericano George Winston me dio una vuelta la cabeza; y me pasó algo parecido con la banda sonora de El piano, de Nyman. Me acuerdo de que pensé aun se puede hacer algo diferente.

¿Le influyó como compositor?

-Absolutamente. Hay autores que me marcaron, sobre todo George Winston y otros pianistas norteamericanos, y en Europa, Yann Tiersen sobre todo. Era una forma particular de entender el minimalismo, un movimiento en el que con los años me he ido especializando. De hecho, el trabajo final de mi máster fue sobre Steve Reich, considerado el padre del minimalismo. Aquella manera de componer que tenía y que luego recogió Philip Glass, que se hizo famoso gracias al cine, la ha seguido después mucha otra gente. Si tú oyes a Hans Zimmer o a Max Richter, reconoces esa forma de entender la música.

¿Y con este nuevo proyecto quería rendir homenaje a esos autores?

-Sí, que me han marcado a mí y a tantísima gente. Yo he estado desconectado de esa música unos años, estudiando y componiendo de otra forma, y he vuelto. Lo mejor es que, investigando por las redes he alucinado. Hay grupos seguidores de Diálogos 3 en Facebook, playlists en Spotify y en YouTube...

Y comprobó que había público para ‘3 en Diálogos’.

-Es que, por ejemplo, hay un grupo en Facebook con 4.300 personas que se llama Diálogos 3. ¡Es fascinante! Y mi prueba de fuego fue, precisamente, con ese grupo, al que le tengo bastante que agradecer. Decidí tirarme a la piscina, formar un trío de piano, violonchelo y violín y hacer unos arreglos con una selección de temas de aquellos tiempos. Hicimos un vídeo y colgué partes en ese grupo para ver la reacción de ese público específico que ha mamado esa música desde hace 40 años. Y vi que les gustaba. Y pensé voy bien. Fue una reacción tan sumamente positiva que vi que había que sacar el proyecto. Además, recibí un respaldo importante de mi agencia, In & Out, así que me pareció que tenía algo bueno entre manos.

Parte de su vida profesional estuvo estrechamente ligada durante años a este tipo de música, conocida a veces como ‘new age’, pero luego se encaminó hacia otros proyectos. ¿Por qué regresa ahora a ella?

-Pues no sé. En este momento de la vida he vuelto a muchas cosas. No sé si es la crisis de los 40 o de los 50, pero así es. Pero ya te digo que llevaba tiempo pensando en que me encantaría hacer algo así. Era una especie de asignatura pendiente. Ha sido un trabajo muy bonito.

¿Y seguro que muy laborioso?

-Sin duda. Es que he tenido que inventar o recrear muchas canciones. Claro, cómo meto yo en el mismo concierto, y con un violín, un violonchelo y un piano, a Kitaro (Silk Road), a Suzanne Ciani (The Velocity of Love), que básicamente hacen música electrónica; a Michael Nyman (Chasing sheeps is best left to shepherds), que hace un arreglo para gran orquesta, y a Ludovico Einaudi (Una Mattina), que es piano solo. Ha sido un trabajo muy bonito de recreación y de sacar el máximo partido de los temas. No somos un grupo tributo.

¿A qué se refiere?

-Pues a que si vas a hacer un tributo a Guns N’ Roses, tienes que parecerte lo máximo posible al grupo original. Tienes que clavarlo. Es lo que espera el público. Pero nosotros no podemos hacer eso, logísticamente es inviable porque necesitaría 40 sintetizadores y 40 músicos. Por eso he tenido que recrear los temas y lo chulo es que ha gustado mucho. El otro día me echaron en Tafalla uno de los mejores piropos que me han echado nunca. Estábamos ensayando y un buen amigo que había venido a vernos y que es muy melómano me dijo que había alguna canción de las nuestras que le gustaba más que la original. Le dije, “chico, no me digas más, me voy a la cama y duermo tan a gusto” (ríe). Con que la gente me dijera que les gusta me bastaría, porque esto es un atrevimiento, casi una temeridad. Hemos cogido algo electrónico como la obra de Suzanne Ciani, la hemos convertido en algo acústico ¡y funciona!

Hábleme de Paula Azcona (violonchelo) y Daniel Sádaba (violín), los dos compañeros de viaje con los que comparte el proyecto.

-Son dos músicos a los que no conocía y a los que he llegado por intermediarios. Están en torno a los 30 años, pero tienen mucha experiencia y mucho bagaje y estoy encantado. Sorprendentemente, me dijeron que sí (ríe). Han sido valientes tirándose a la piscina con música que apenas conocían, salvo Nyman o Glass, por ejemplo. Pero es lógico que les haya gustado porque es una música muy agradecida y a cualquiera que vaya a vernos y no conozca absolutamente nada de lo que fue esa época también le va a gustar.

¿Qué tiene para resultar tan agradable de escuchar?

-Hay algunos autores que exigen un nivel de atención más intenso, pero en general son temas bellos. Recuerdo cuando Ramón Trecet decía aquella frase de buscad la belleza. Es lo que yo busco también. Para hacer cosas más arriesgadas y trascendentes hay otros músicos que lo van a hacer de primera. Yo ahora no estoy en eso, estoy en la recreación de la belleza en la música.

¿Qué supuso tener que posponer la presentación prevista inicialmente para septiembre y qué supone poder llevar al directo al fin este proyecto?

-En cuanto al aplazamiento del estreno, la verdad es que al principio nos disgustamos pero como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga, así que aprovechamos esos dos meses para relajarnos, repasar muy bien los temas, volver a ensayarlos... con lo cual efectivamente, la propuesta ha madurado y se ha hecho mucho más sólida y eficaz.

¿En qué medida le ha afectado el tiempo que estamos viviendo?

-Qué voy a decir, nos ha afectado a todos pero de todas maneras, yo me siento doblemente orgulloso y contento por haber sido capaces de emocionar a la gente con un proyecto en estos tiempos tan difíciles.

¿Cómo invitarías a la gente a que se acercara a conocer este proyecto tan especial para ti?

-Bueno, en principio parecería que es un concierto como muy especializado y para un tipo de público concreto y minoritario y creo que no es así en absoluto. Creo de corazón que cualquiera que vaya al concierto y no conozca aquellas canciones que sonaron en Diálogos 3 va a disfrutar el concierto igualmente, ya que es un “compendio de belleza” , asequible para todos los públicos y todas las sensibilidades.

Seguro que ya siente ese vértigo del bueno al saber que el inicio de la gira está cerca.

-Sí. Incluso llevando muchos años en esto, siempre se siente vértigo. Estamos proponiendo algo nuevo, que básicamente consiste en llevar a un espacio y a un momento concreto un montón de música que de otro modo sería absolutamente imposible escuchar. No hay otro concierto como este ahora mismo. Ahora veremos cómo responde el público.

“Para quienes escuchábamos la radio en los 80 y 90, y sobre todo para muchos músicos, el programa ‘Diálogos 3’ fue determinante”

“Yo ahora busco recrear la belleza en la música; para hacer cosas más arriesgadas hay otros músicos que lo van a hacer de primera”