Florentino Fernández de Retana, Retana, regresa con toda la fuerza de su imagen y color a Estella-Lizarra, nueve años después de su muerte. Un sueño pendiente que el Museo Gustavo de Maeztu ha hecho realidad junto con su familia. Una muestra de 24 obras en las que el paisaje y los contornos de la Vieja Lizarra reaparecen tras décadas de ausencia en la ciudad.

Un universo pictórico que fue creciendo durante décadas y que acabó siendo una auténtica declaración artística de color, paisaje y textura. Y es que Retana encontró en los contornos de Estella-Lizarra un modelo pictórico para su expresión y una forma de fijar su mensaje y también su pintura.

‘Ruinas de Santo Domingo’, óleo de 1986. Javier Arizaleta

Retana vuelve a Estella-Lizarra después de varias décadas de ausencia y lo hace en el que fuera su primer estudio en el Palacio de los Reyes de Navarra donde convivió con la obra predestinada de Gustavo de Maeztu. Una exposición temática sobre la ciudad del Ega con una selección de obras que celebran, además, el centenario del nacimiento del pintor y que hablan de un fondo temático pasional por Estella. Y es que Retana entendió aquel lenguaje que la ciudad le prestaba como propio e hizo suyo un paisaje que iba descubriendo en cada trazo. Una ceremonia ritual que fue repitiendo durante más de seis décadas, de trasladar su punto de vista por los distintos rincones de Estella y su Merindad, haciendo de este paisaje una creación intensa a fuerza de buscar y hallar su esencia. En los cuadros de Retana hay luz fragmentada; en sus creaciones hay simbología de color y vibra la idea de encontrar su paisaje. Todo acorde al pintor que descubrió su esencia monumental expresada por sus contornos expresivos, sus rincones intuidos a fuerza de desmenuzar los detalles pictóricos urbanos y naturales.

‘Montejurra con olivos’, óleo de 2004. Javier Arizaleta

Su biografía repite el itinerario de Gustavo de Maeztu, para llegar desde Vitoria-Gasteiz hasta Estella, una casualidad que fue una premonición de que, en el futuro, Retana crearía en Estella una mirada que quedaba pendiente. Un reto que esta exposición recoge como manera de descubrir su capacidad intuitiva pero persistente, con la que llegó a encontrar una extensa capacidad cromática.

De esa pasión y experiencia hizo mención la concejala de cultura, Ana Duarte, quien describió la exposición como un trabajo “ambicioso” en el que se ha logrado reunir en el espacio expositivo del Museo Gustavo de Maeztu parte de la obra de Retana, gracias al trabajo de recuperación realizado por su familia que, con su mujer Carmen Lobo acompañada de sus hijos y nietos en la inauguración, plasmaron la vinculación familiar con la ciudad. “Esta exposición nos permite también ver la evolución pictórica de mi padre desde el clasicismo de sus orígenes hacia un expresionismo abstracto”, aseguró Juan Fernández de Retana, hijo del pintor.

La exposición de Florentino Fernández de Retana podrá verse de manera gratuita hasta el 30 de junio.