Ataviados con sus delantales, 16 jóvenes migrantes ultimaron este miércoles frente a los fogones los detalles finales de los platos que llevan semanas aprendiendo a elaborar en el curso de ayudante de cocina del centro FC Formación Continua. Esta iniciativa, organizada por el Servicio Navarro de Empleo-Nafar Lansare (SNE-NL), consiste en un programa de arraigo para la formación para capacitar en perfiles de hostelería a estos 15 alumnos y alumna que llevaban meses viviendo en España/Navarra y que, gracias a su participación en esta formación, van a acceder a un permiso de residencia y trabajo. De esta manera, el programa no solo favorece la inserción laboral de estas personas y “una oportunidad de labrarse un futuro”, sino que también busca ayudar a las empresas a “encontrar mano de obra en puestos muy demandados como es el sector de la hostelería”, como recordó la consejera de Derechos Sociales, Economía Social y Empleo, Carmen Maeztu. 

En este sentido, la consejera recordó que “se trata de un oportunidad única y excepcional, tanto para las personas que participan, como para las empresas que pueden contar con mano de obra cualificada en puestos de difícil cobertura”. Por su parte, la consejera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias, Begoña Alfaro, animó “al sector empresarial navarro a que multipliquen este tipo de programas”, ya que “no tiene ningún sentido que trabas administrativas impidan trabajar a jóvenes que lo único que quieren es, precisamente, trabajar en empresas que necesitan trabajadores”. 

El alumnado del curso de ayudante de cocina junto a su profesora, Cristina Ruiz, en el centro y de blanco. Patxi Cascante

Asimismo, Beatriz Huarte, secretaria general de la Asociación Navarra de Pequeña Empresa de Hostelería (Anapeh), calificó esta iniciativa como “un paso adelante de la hostelería con el objetivo de conseguir una sociedad mejor, más integradora y capaz de ofrecer oportunidades para todas las personas”.

Cocina e idioma

Este curso de ayudante de cocina, que comenzó el pasado 15 de abril con una duración de un mes y medio, tiene un carácter teórico-práctico basado en 188 horas de capacitación en las especialidades de cocina y restauración básica, preparación de aperitivos y trabajo en equipo. Sin embargo, además de aprender estas habilidades, los 16 jóvenes también reciben clases de refuerzo de castellano específico para hostelería. De esta forma, desde Gobierno de Navarra destacaron que las personas que superen la formación podrán obtener una autorización de residencia y permiso de trabajo que permitirá su contratación por parte de las empresas del sector.

En el proyecto han colaborado la Dirección General de Políticas Migratorias de Gobierno de Navarra, que ha seleccionado a las personas participantes a través de su servicio Karibu de acogida y acompañamiento; la Oficina de Extranjería de la Delegación del Gobierno en Navarra, que ha tramitado los permisos de residencia por circunstancias excepcionales para que al alumnado pueda acceder a la formación; y la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN) y la Asociación Navarra de Pequeña Empresa de Hostelería, que han participado trabajando con las empresas del sector para que puedan garantizar ofertas de empleo al alumnado y cubrir así también sus necesidades de perfiles profesionales. 

“Veo un cambio muy positivo, algunos podrían empezar ya a trabajar”

En las tres semanas de curso que llevan, los 15 alumnos y la alumna están aprovechado el tiempo para aprender no solo habilidades de la hostelería y recetas imprescindibles como la de la tortilla de patata, sino también un buen nivel de castellano que les permita encontrar trabajo una vez finalizada la formación, ya que “cuando llegaron aquí no sabían nada de nada”, aseguró Cristina Ruiz, profesora de cocina y una de las encaradas de conseguir esta labor. 

Ruiz se esfuerza cada día para que su alumnado aprenda el vocabulario básico y elemental de la hostelería, como el nombre de las materias primas o los tipos de cortes. “Les hago repetir todo. Van aprendiendo más palabras y nos vamos entendiendo todos un poquito mejor, pero el idioma es lo más difícil”, reconoció. Un reto constante, en especial cuando se despista un momento y los descubre hablando entre ellos en árabe, que es lo más “cómodo y fácil”. Aún así “intentamos que hablen en castellano” y, “en el momento en que veo que están muy despistados, pasamos al inglés o al francés”.

Sin embargo, la barrera lingüística no pone freno a las ganas de aprender de sus alumnos. “En siete se les nota en la actitud, están atentos, intentan aprender todas las palabras y cuando no entienden algo preguntan. Estoy contenta, veo un cambio muy positivo desde el principio, que era un caos, hasta ahora. Hay tres que podrían ir en este momento a cualquier sitio a trabajar”, remarcó Ruiz. 

Abdessamad Ait Bah posa con el postre que ha elaborado junto a sus comapñeros. Patxi Cascante

Uno de estos alumnos más implicados es Abdessamad Ait Bah, joven marroquí de 23 años que llegó a España hace 3 con ganas de aprender. “Desde siempre me había gustado cocinar. Me encanta hacer platos típicos de mi país y otros como tortilla de patata”, aseguró el alumno con un castellano muy fluido y deseando encontrar trabajo cuando acabe el curso.

Compromiso a la realización de una formación

El arraigo para la formación es una figura de creación reciente, concretamente por Real Decreto de 2022 del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Con esta fórmula recogida en la normativa, se puede conseguir una autorización de residencia temporal por circunstancias excepcionales y se puede conceder a personas extranjeras que se hallen en España y hayan permanecido de forma continuada durante dos años, permitiendo la obtención de una autorización para la realización de una formación, supeditando la obtención de la autorización de residencia y trabajo a la superación de ésta y la presentación de un contrato de trabajo. Esta figura permite conseguir un permiso de residencia legal válido por un periodo de 12 meses a aquellas personas migrantes que quieran obtener una formación que les ayude a insertarse laboralmente. Se considera un compromiso a la realización de una formación.

En el caso del curso que se está realizando en el ámbito del SNE-NL, los requisitos incluyen que las acciones estén promovidas por los servicios públicos de empleo y que se trate de una formación incluida en el Catálogo de Especialidades. Asimismo, las personas participantes deben estar previamente inscritas como demandantes de servicios en el SNE-NL, una vez que tengan autorizado el arraigo por formación, dispongan de NIE y sea programada y autorizada la acción formativa. 

Tras superar la formación con una evaluación positiva, el alumnado podrá solicitar un permiso de residencia durante 2 años que le habilitará para trabajar por cuenta ajena, siempre con un contrato de trabajo relacionado con la formación recibida.