Los perros pueden ser también una valiosa herramienta en la conservación del medio ambiente. Y es que debidamente entrenados, sirven para conocer el estado de conservación de especies, la detección de invasiones biológicas, cebos envenenados o la medición de los impactos generados por líneas eléctricas y parques eólicos en las aves y quirópteros entre otras cuestiones. Son los llamados perros ecodetectores, que localizan muestras de especies, sobre todo a partir de excrementos o cadáveres.

“Desde Beloran formamos a binomios de guía y perro, con los que se trabaja tanto la obediencia básica como control y manejo además del trabajo específico de detección para que sean capaces de discriminar una cagada de lobo de un perro, por decir un ejemplo”, explica Iosu Méndez, adiestrador con una larga experiencia. No en vano es campeón de España en detección deportiva además de colaborador en proyectos de investigación de la Universidad del País Vasco relacionados con la salud.

Ahora ha dado un paso más y colabora con Odor Naturae, una asociación que trabaja con perros detectores para el estudio y conservación de la naturaleza, para formar a canes y profesionales adscritos al proyecto. Así, este pasado se reunió con agentes forestales procedentes de Navarra, La Rioja, Álava, Gipuzkoa y Salamanca. “Queremos intentar, por los menos una vez al mes, quedar para la formación y seguimiento de estos binomios”, observó este instructor.

La jornada comenzó a las 8.30 horas con una reunión de equipo y evaluación de los trabajos. Continuó con una charla en la que se recordaron conceptos importantes de psicología del aprendizaje, manejo de correa y la importancia de un buen uso y aplicación de refuerzos y castigos. Una vez abordada la parte teórica fue el momento de la práctica, con ejercicios de obediencia en grupo con el objetivo de lograr el control, manejo y atención en sus compañeros caninos.

La mañana se completó con un ejercicio de rescate en grades áreas, en la que los binomios pudieron comprobar como es el entrenamiento de un perro operativo en esta disciplina. La mayoría de los perros eran pastor belga malinois. “Es una de las razas que está de moda por su capacidad hacia el trabajo. Son perros muy resolutivos, con alta capacidad olfativa además de lo que supone de refuerzo de la autoridad si una persona se pone tensoa o agresiva”, observó.

Por la tarde se desplazaron al robledal de San Pedro para trabajar otros aspectos importantes como la construcción de los marcajes, como iniciar las sueltas en un cachorro y como trabajarlas en un perro adulto con problemas a la hora soltar, través del juego y la motivación por ambas partes del equipo. “Trabajamos en el monte, con paseantes y otros perros, porque es el espacio real en el que van a trabajar. Si mi perro genera un problema, debo saber cómo resolverlo”, apuntó Méndez.

La jornada fue provechosa, como destacaron los agentes forestales que participaron, al tiempo que pusieron en valor el trabajo de Odor Naturae y en especial el de este instructor canino de Altsasu. “Si no fuera por Iosu estaríamos perdidos. Es un tema muy complejo y necesitamos un profesional que nos oriente, Cada uno de nosotros buscamos un rango diferente, unos excrementos de lobos, otros cebos o cadáveres de animales e incluso acelerantes para evitar incendios forestales. Un perro da muchas opciones”, apuntaron.

Al respecto, Méndez, destacó que estos agentes forestales son “la punta de lanza” en el trabajo con perros como ecodetectores en el Estado, una práctica cada vez más extendida en Europa y otros países como Estados Unidos o Australia. “Además de ayudar a la conservación de ciertas especies, puede suponer beneficios económicos porque se reducen el coste en intervenciones, horas de trabajo y personal. Se están demostrando buenos resultados”, incidió.